Atahualpa Yupanqui, nombre artístico de Héctor Roberto Chavero, fue un cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino. Ampliamente considerado como el músico argentino mas importante de la historia del folkore, Atahualpa inicialmente estudió violín con el padre Rosáenz, el cura del pueblo. Más tarde aprendió a tocar la guitarra en la ciudad de Junín con el concertista Bautista Almirón, quien sería su único maestro. Inicialmente vivió en Junín en la casa de Almirón; posteriormente regresó al pueblo de Roca y viajaba 16 km a caballo para tomar las lecciones en la ciudad.
Con Almirón, Roberto Chavero descubrió la música de Sor, Albéniz, Granados y Tárrega, y también las transcripciones para guitarra de obras de Schubert, Liszt, Beethoven, Bach y Schumann.
Atahualpa Yupanqui supo conmover a generaciones enteras con la sencillez de la palabra y el mensaje profundo. Fue un gran artista que supo reflejar en sus letras la cotidianidad del género humano, sus costumbres, sus adversidades y supo reafirmar el folclore argentino como nadie lo ha hecho.
Atahualpa renovó la música argentina con un estilo personal enfocado en las costumbres del hombre común. Se exilió, cantó con Edith Piaf y escribió más de 1500 canciones. Falleció en Nîmes, Francia, el 23 de mayo de 1992.
Aquí os dejamos esta genial frase del cantautor argentino para que la difundamos por todo el mundo:
De las 325 canciones de su autoría registradas oficialmente, pueden citarse algunas de las que más fama tuvieron:
- Basta ya
- Cachilo dormido
- Camino del indio
- Coplas del payador perseguido
- El arriero va
- El poeta
- Indiecito dormido
- La alabanza
- La añera
- La pobrecita
- Preguntitas sobre Dios
- Le tengo rabia al silencio
- Los ejes de mi carreta
- Los hermanos
- Luna tucumana
- Milonga del solitario
- «Nada más»
- Piedra y camino
- Sin caballo y en Montiel
- Tú que puedes, vuélvete
- Tierra querida
- Viene clareando
- Zamba del grillo
- Córdoba norte
- Canción del arpa dormida